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ESCLAVIZAR, REZAR, EXTERMINAR
Las esclavas yazidíes de DAESH

 

Nicolas Samper

<<Al final, era como elegir entre morir y morir.>> Le dijo Suzan al periodista de El confidencial Daniel Iriarte, luego de haber sido una esclava sexual de un miembro  checheno de DAESH, el autodenominado Estado Islámico, de quien cargaba un hijo en el vientre. Suzan es (si aún vive) kurda por lengua, ciudadana irakí, yazidí y refugiada por haber logrado escapar de <<Los burdeles del Estado Islámico>>. Tal vez por eso, cuando Daniel Iriarte la entrevistó en Turquía, creía que sería más fácil morir. La vida de ella y de su futuro hijo no tenían valor después de tanto sufrimiento.

 

Hace poco más de un siglo, alguno de los personajes de <<El retrato de Dorian Gray>> decía que <<El hombre conoce el precio de todo pero no conoce el valor de nada.>> Suzan ya no le daba valor a su vida, pero según una nota del International Business Times, un periódico especializado en negocios, DAESH  vende niños por un precio que oscila entre 1.300 y 13.500 libras esterlinas. Gran parte de esos niños han sido secuestrados con sus familias, separados de ellas, reeducados incluso para amenazar de muerte a sus padres y, cuando son niñas, vendidas para  el placer del mejor postor en una subasta. El negocio de vender familias por separado crece y borra culturas de la tierra.

 

Casi 3.500 de los que hoy son prisioneros o esclavos de DAESH son miembros de la religión yazidí. Una de las religiones más antiguas del mundo, pues se sabe de su existencia desde 2000 años antes de Cristo. Se dice que esa religión es un sincretismo (como todas las religiones) influenciado por el zoroastrismo y una que otra corriente del Islam. Le rinden culto a Melek Taus, la figura de un pavo real que representa el equilibrio logrado por un ser que podría ser confundido con el ángel Lucifer del cristianismo y que los musulmanes confunden con el Shaitán, otra versión del diablo, también muy distinta a la cristiana. Para los yazidíes es el líder de los siete arcángeles. Viven, en su mayoría, en Siria, Armenia, Georgia y Turquía y hablan alguno de los cuatro dialectos kurdos.

 

Desde el 2014, organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado la esclavización de mujeres yazidíes en el Kurdistán iraquí, una zona que ha controlado DAESH. Según uno de los apartes de las 42 entrevistas realizadas por esta organización, una muchacha de 19 años se suicidó por miedo a ser violada. Jilan, el nombre que le dieron en el reporte, contó que al llegar al momento de la subasta, les dieron ropas de danza para que se cambiaran. Luego, entraron al baño. Ya dentro, una de sus compañeras, según ella muy guapa, se quitó la vida. Prefirió librarse de una violación cortándose las venas antes que ser violada. Para el esclavo el suicidio es una forma de liberarse. Elegir la muerte antes que no poder elegir: eso es la libertad (?).

 

Otras mujeres  jóvenes yazidís, como Suzan, han logrado escapar de la esclavitud de DAESH. Hay algunas que han cruzado la frontera y se han refugiado en  Turquía, lo cual no es nada fácil siendo kurdo (pues han sido perseguidos por los turcos desde comienzos del siglo XX, cuando no quisieron formar parte de la República de Mustafá Kemal Ataturk). Y después de pasar Turquía, alcanzaron a ser bien recibidos en Alemania e incluso recibir y rechazar atención psicológica para superar sus traumas: violaciones, tundas, el rezo obligado de aleyas tergiversadas del Corán.

 

Así lo hizo Nadia Murad, que en un perfil que le hicieron en la revista Vice, le dijo al periodista que conversando en un cuarto no solucionaría los problemas de su pueblo. El año pasado, presentó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la denuncia de lo que ella ha llamado <<genocidio colectivo>> de los yazidíes por parte del autodenominado Estado Islámico. Argumentaba que DAESH tenía una política organizada para exterminar al pueblo yazidí. Si hay 3.500 yazidís en manos de DAESH y el número de los que han matado y que han recurrido al exilio no han podido determinarse ni siquiera aproximadamente, ¿cómo determinar si hay realmente un genocidio?

 

¿Cuántos muertos más se necesitan contar para probar que se está exterminando una cultura?

 

Según Wikipedia, los yazidíes se reparten entre las  zonas de Armenia, Siria, Georgia, Turquía e Irak. Según un censo de 2002, eran un poco más de 30.000. Sus tradiciones se han logrado mantener vigentes gracias a la endogamia, pues no permiten que los miembors de la religión se reproduzcan con miembros de otras religiones. Tal vez esta sea la razón por la que han logrado sobrevivir como cultura durante 4.000 años. Hasta hace muy poco, la autoridad regional Kurda, que gobernó en Irak, pagaba las extorsiones y algunos secuestros a DAESH para liberar a algunos yazidíes. Pero luego, tuvieron que poner en marcha restricciones financieras. Entonces ofrecieron que si las familias pagaban los rescates, el gobierno kurdo les reembolsaría el dinero que habían gastado en liberar a sus familiares.

 

La libertad del ser humano todavía se puede comprar. Y su precio lo ponen criminales y fanáticos que han sabido hacer el ruido necesario para reclutar europeos arrepentidos por el imperialismo de hace tiempo. Por el imperialismo nuevo de los Estados Unidos, que presidían el Consejo de Seguridad de Naciones cuando Nadia Murad denunciaba y contaba su experiencia como esclava. La presidente del Consejo dejó que los aplausos resonaran por toda la sala cuando Nara terminó su discurso. Luego dijo que jamás había escuchado, mientras había participado del Consejo, que en una reunión se aplaudiera, pero que hoy sabía que aplaudían para apoyar a una destacada mujer joven.

 

Tan destacada, que hoy Nara está nominada al premio Nobel de la paz. También se ha dicho que suenan los nombres de Francisco Primero; los de Timoschenko y el Presidente Santos. Nadia dice que si hoy lo recibiera, tendría más recursos para su causa de liberar al pueblo yazidí de la dominación de DAESH, pero lo recibiría con el corazón roto.

 

Tuvo 13 propietarios. La primera vez que fue vendida, contó ante el Consejo de Seguridad, uno de los participantes en la subasta la miró y ella bajó la cabeza. Era un hombre inmenso y ella tenía 19 años. Al verla llorando, el hombre la golpeó y la pateó. Luego apareció un hombre más pequeño y ella, con lágrimas en los ojos, le pidió que se la llevara. La esclavitud es rogar para estar bajo el dominio del menos fuerte.

 

Bueno, tal vez no. Este año el Centro de Estudios de África, Asia y el Mundo Islámico trabaja sobre la esclavitud moderna. Esto quiere decir que la esclavitud no se ha abolido, por más que lo repitan los libros  de texto y que Estados Unidos y Europa se jacten de la abolición de esta práctica. El tráfico humano, el comercio de órganos humanos, la trata de personas: la esclavitud toma muchas formas, pero, en mi opinión, la esclavitud no puede clasificarse dentro de una época como la moderna, la medieval, la feudal. La esclavitud es tan humana como la guerra, como la historia y ha durado tanto o más que ella.

 

 

FUENTES CONSULTADAS:

 

AFP: Esclavas sexuales se ven impulsadas al suicidio:http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/esclavas-sexuales-del-estado-islamico-se-ven-empujadas-articulo-534661 consultado el 27 de febrero de 2016

 

Iriarte, Daniel: Hablan las esclavas sexuales de ISIS: http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-06-04/hablan-las-esclavas-sexuales-del-isis-nos-olian-nos-violaban-nos-torturaban_868318/ consultado el 27 de febrero de 2016

 

Murad, Nadia: Discurso ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: http://youtu.be/kxHg34DK5_Y consultado el 28 de febrero de 2016

 

Whyte, Lara: hablamos con una exesclava sexual de ISIS:  http://www.vice.com/es_co/read/hablamos-con-una-exesclava-sexual-de-isis consultado el 27 de febrero de 2016.

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